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¿ Una opción exitosa de relación capital-campesinos ? Ficha 1

El control de la producción, y el mercado del chile serrano por parte de una empresa financiadora - comercializadora

Gerardo ALATORRE

02 / 1995

En la Cd. de México está situada la principal Central de Abasto del país. Se encuentran allí importantes bodegueros quienes se han enriquecido comercializando productos agrícolas. Aquí queremos analizar cómo acopia, y por tanto acumula, la principal empresa que comercializa chile serrano en esta Central.

El chile serrano es un cultivo altamente riesgoso. A pesar de que en su totalidad se realiza en zonas de riego, es muy susceptible a las inclemencias del clima. Por otra parte, ante el menor descuido es presa fácil de plagas. También es riesgoso por lo perecedero del producto cuyo precio empieza a disminuir desde los tres días posteriores a su corte.

Es un cultivo muy costoso, por sus requerimientos de insumos y mano de obra. Exige un financiamiento importante, al menos durante los tres meses del ciclo productivo. El cultivo es altamente rentable cuando se logra un buena producción. Esto explica la persistencia y aceptación del chile entre los productores.

Sin embargo, la sobrevivencia de los productores se basa en otros cultivos de "soporte" como la alfalfa y el maíz, menos rentables pero también menos riesgosos. Estos garantizan que -aunque en un ciclo la cosecha de chile sea baja- en el próximo podrá volverse a cultivar. Con estos cultivos de soporte los productores aseguran un ingreso mínimo. Por lo demás, esto asegura a los financiadores la recuperación de sus inversiones, lo que permite que sigan otorgando créditos.

Otro elemento que favorece el cultivo del chile es que sus productores tienen asegurado un financiamiento y además un mercado; la principal empresa financiadora es la que compra el producto y fija el precio.

El control de la distribución de este producto en la Central de Abasto de la Cd. de México va a influir de manera determinante en las fluctuaciones anuales de ampliación o reducción de las zonas de cultivo. El precio del producto en cada ciclo es determinante para fijar el número de hectáreas que sembrarán los productores en el siguiente ciclo productivo. Así, año con año se modifica la estructura de cultivos.

El control de la producción se inicia desde el abastecimiento de semilla. Algunos productores la compran directamente en expendios de agroquímicos; otros la seleccionan y la elaboran de su propia cosecha; incluso hay productores especializados en almácigos y venta de planta. Pero la gran mayoría recibe la semilla o la plántula de los mayoristas que habilitan su producción. Los empresarios a que aludimos en esta ficha cuentan con ranchos productores de semillas, y también con almácigos, destinados exclusivamente a la entrega de plántulas para los habilitados y ubicados en lugares cercanos a sus ranchos.

A partir de la siembra, productores y mayoristas inician una vinculación estrecha, que puede reducirse únicamente a esta etapa o prolongarse durante todo el proceso productivo. Desde ese momento se compromete la producción. Si al productor le interesa recibir algún tipo de financiamiento (que puede abarcar una etapa del cultivo o todo el paquete tecnológico)la empresa comercializadora comisiona a uno de sus inspectores de campo; éste investiga la experiencia del productor, la superficie que destinará al cultivo, los recursos de que dispone, etc. Si el resultado de la inspección es favorable y garantiza la inversión solicitada, el productor firma una letra de cambio, en donde se van consignando los gastos realizados y que lo compromete a vender su producción a dicha empresa.

El convenio tiene un doble carácter para el productor: el jurídico conminatorio y el moral; este último se establece al haber empeñado su palabra "con los señores...", quienes le prestan formalmente y sin cobrar intereses, le aseguran la compra de la producción y le brindan cierto respaldo en caso de emergencia familiar.

Antes de que la banca rural oficial (Banrural)redujera su cobertura de cultivos, alrededor de 15% de los chileros recibían crédito que sólo cubría el inicio de las labores del chile; el resto debía ser asumido por los propios productores. Por ello no es sorprendente que desde entonces dichos productores también recurrieran a los mayoristas de la Central de Abasto para financiar su cultivo comprometiendo a cambio su producción. Hoy ya no existe en las regiones el otorgamiento de crédito para este cultivo; por tanto, la influencia de los acaparadores es absoluta.

Terminado el periodo de crecimiento de la plántula ésta es transplantada; la nueva etapa del proceso del cultivo incluye labores como fertilización, limpias y control fitosanitario. Durante esta etapa, los empresarios citados realizan funciones de inspección y asistencia técnica mediante un equipo compuesto por unos 20 extensionistas que recorren en sus vehículos las casi 3000 hectáreas que habilitan en primavera, para controlar la realización de todas las labores, la calidad del producto que se está generando, las condiciones climatológicas de la región, etc. Esto les permite tener elementos para determinar los posibles acopios en cada período, definir precios y planificar la venta en las principales plazas de la República.

A partir del momento en que el producto comienza a madurar, la asistencia técnica realizada por los inspectores de campo de estos empresarios se transforma en una estricta vigilancia, para impedir que los productores vendan su cosecha a otros intermediarios. Esta no sólo se realiza en el campo, sino también en los mercados donde estos empresarios tienen centros de acopio. Quienes intentan otras posibilidades son sometidos a esta vigilancia. Cuando llegan a la Central con su propia producción y la de otros productores no comprometidos con dichos empresarios, éstos los registran y les hacen notar el hecho con carácter de advertencia. No hay productor ni transportista que llegue a esta plaza, y que pase desapercibido por dicha empresa.

Aunque aparentemente se tiene confianza en los productores, también se utilizan recursos coercitivos para hacer efectivo el compromiso establecido. Pocos productores venden su cosecha a otros mayoristas, aún si éstos llegan a ofrecer un precio más atractivo. Primero por la estrecha vigilancia a la que están sometidos y, segundo, porque de enterarse la empresa verían cancelado el crédito para los siguientes ciclos. Por otro lado, no se tiene garantía de que el nuevo comprador habilite o compre la producción a futuro. Según los productores más vale tener asegurada semilla, crédito sin intereses y, sobre todo, la venta anual de su cosecha, que obtener una ganancia eventual adicional.

Con el primer corte de chile, la empresa recupera casi toda la inversión realizada. Sin embargo, los cortes posteriores también están comprometidos con ella; esto, finalmente nos da idea del control ejercido sobre la cosecha.

En una siguiente ficha se analizan las relaciones sociales (y casi familiares)que permiten a esta empresa organizar y controlar la comercialización.

Palabras claves

financiamiento, comercialización


, México, Chile

Fuente

Artículos y dossiers

LEON, Arturo in. PASOS, 1993 (MEXICO), Año V. N°5

GEA (Grupo de Estudios Ambientales) - Allende N°7 Col. Sta.Ursula Coapa. México D.F. 04650 MEXICO - Tel: 56 17 90 27, 56 17 29 87 y 56 19 28 92 - México - www.gea-ac.org - gea (@) laneta.apc.org

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