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diálogos, propuestas, historias para una Ciudadanía Mundial

Capitalización : Las necesidades de personal

Pierre DE ZUTTER

07 / 1993

¿Hace falta recurrir a personal extra para realizar la capitalización de la experiencia de un proyecto, o de una institución cualquiera? Todo depende de las ambiciones, de las disponibilidades y, ciertamente, de los recursos… Si la capitalización se limita a ofrecer a cada quien la posibilidad de aportar aquello que quiere y puede, la cosa es fácil. Si se opta por una política de capitalización como parte integrante del devenir institucional, hará falta - al contrario - adoptar una estrategia de personal. Pero ¿cuáles serían los criterios para decidir lo que más conviene en cada caso?

Desde el momento en que se decide emprender una capitalización donde pueda participar un gran número de actores - y donde, por consiguiente, se entra a grabar conversac iones o debates- surge la cuestión de las transcripciones. Sin duda, se trata de la actividad más pesada de todas. Entonces, incluso si es siempre preferible que el transcriptor sea uno de los participantes en la plática, será útil poder recurrir a otros colaboradores. Este es el punto donde más a menudo hemos tenido que contratar apoyos.

Para ello hemos priorizado dos criterios, a fin de disminuir errores y contrasentidos: cierto conocimiento del contexto y trabajo a tiempo parcial.

Además de los apelli dos, nombres de lugares, siglas y otras expresiones por el estilo que abundan en esta clase de conversación, cada grupo tiene su propio lenguaje y, si se lo ignora, se arriba fácilmente a transcripciones absolutamente incomprensibles. He aquí por qué preferimos a los allegados a la institución, sea porque ya habían trabajado en ella, sea porque ellos estaban ahí « en familia ». En cuanto al tiempo parcial (frecuentemente en casa): evita la saturación y disminuye la caída de la atención, que es otra de lasgrandes causas de errores.

Es por cierto la computadora la que nos ha permitido esta priorización. Porque con ella es relativamente fácil corregir las faltas de tipeo o de ortografía, la diagramación de párrafos, etc. Tales correcciones terminan siendo s imples truquitos del oficio.

En cuanto a lo demás, todo depende si una capitalización puntual (en un momento dado) puede o no insertarse poco a poco dentro de las actividades normales, es decir, si existen disponibilidades para brindar ciertos servicios al conjunto de los actores-autores. La documentación exige mucho trabajo, pero la institución tiene a veces personal que la conoce bien. Es a menudo útil que alguien haga de animador de reflexiones, debates e intercambios, pero es posible que un miembro del equipo se encargue de esto, sea porque le gusta y tiene aptitud para la cosa, sea porque es una labor afín con sus actividades usuales en capacitación, en comunicación u en otro campo.

Sino, se podría sin duda contratar apoyos, ya sea para descargar de ciertas tareas a quienes asumirán la documentación y/o la animación, ya sea para colaborar directamente en la dinámica de capitalización. Sin embargo, en este último caso, habría que plantear nuevamente, y de manera aún más radical, el criterio de conocimiento del contexto.

Quedaría aún una posible dimensión de la capitalización: hacer de ella una suerte de actividad periódica o semi-permanente. Esto significa adaptar las estructuras y el funcionamiento interno a ciertas reglas de juego. Pues la gest ión de la información se vuelve ahí absolutamente esencial: registrar los hechos, las opiniones; ordenarlos según las necesidades de los diferentes actores y de los diferentes momentos; devolverlos a cada quien y hacerlos circular.

Cuando los proyectos o instituciones son importantes, ellos tienen a menudo responsables del seguimiento-evaluación, de la comunicación, de la documentación, etc. Todos se ocupan de información, pero cada uno con sus propios criterios y métodos profesionales que a veces se tornan incompatibles. Una óptica de capitalización de la experiencia exigiría que se les armonice, quizás que se llegue a reunirlos en un solo equipo de « servicios al terreno », lo cual podría a su vez contribuir a desarrollar un arte de lo interdisciplinario entre estas profesiones: el desafío del terreno es siempre el mejor estímulo para lo interdisciplinario.

Palabras claves

comunicación, informática, evaluación, gestión de la información


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Comentarios

Sería necesario retomar aquí la cuestión de eventuales apoyos de especialistas en capitalización de la experiencia. Pero, ¿existe un oficio de « capitalizador de experiencias »?. He aquí un punto que exige muchos otros desarrollos a ser retomados ulteriormente… a base de la experiencia.

Notas

Traducción de la ficha « Capitalisation : les besoins de personnel »

menciones legales