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diálogos, propuestas, historias para una Ciudadanía Mundial

Experiencias de trabajo con mujeres campesinas en Costa Rica

Aportes al estudio de género en agroindustria rural

Ana Cristina GUEVARA

04 / 1995

Muy a menudo se habla de la problemática de las mujeres campesinas, más aún, ahora que el tema de género se puso tan de moda; se elaboran estadísticas y se organizan seminarios, pero, muy pocas veces se pasa a la acción. Pareciera que siempre escogemos la vía más sencilla, es decir, hablar y escribir sobre las dificultades que enfrentan diariamente las mujeres del campo, sin acceso a la educación, al control de la natalidad y al trabajo remunerado.

En esa perspectiva, el área de agroindustria del Centro Nacional de Acción Pastoral (CENAP), se ha propuesto apoyar a diferentes grupos organizados de mujeres en la zona norte de Costa Rica, para que desarrollen proyectos productivos. Específicamente, estamos trabajando con cinco grupos; algunos están integrados por mujeres muy activas, convencidas de que no solo deben ser amas de casa, sino que tienen un ferviente deseo de llevar a cabo su proyecto. Otras, en cambio, se subestiman, quieren hacer algo pero no saben que, no están seguras y tampoco manejan bien la relación con sus cónyuges, es decir no han podido distribuir en forma adecuada el tiempo entre la casa y el proyecto.

Para las mujeres no es nada fácil incursionar en un proyecto productivo. Los hombres les prestan muy poco apoyo y sienten celos si las mujeres consiguen éxito en su empresa. Este fue el caso de "Las Celestinas" quienes al inicio eran parte de la asociación de productores de su comunidad y por ende apoyadas por esa para implementar un proyecto de "plátano tostado". Cuando los hombres se dieron cuenta que las mujeres estaban realmente resueltas a instalar la agroindustria por ellas mismas, comenzaron los problemas. No querían prestarles la personería jurídica para solicitar el financiamiento que requerían; ellas decidieron entonces separarse y legalizar su propia asociación. Todavía, los hombres procuraron ponerles obstáculos y quisieron convencer al inspector de salud para que no les concediera el permiso de funcionamiento de la agroiundustria. Finalmente, las mujeres debieron tomar cartas en el asunto y ponerse a la defensiva para salir adelante.

Por otra parte, en mi condición de mujer extensionista, también debo enfrentar ciertos inconvenientes, veamos un ejemplo: debido a que los agricultores con los cuales trabajo son todos hombres, con quienes debo interactuar constantemente, viajar al campo e incluso quedarme a dormir en la zona, esto ha dado lugar para que en algún momento sus esposas manifiesten celos.

En este sentido, considero que hace falta mucha capacitación, tanto de hombres como de mujeres para introducir el enfoque de género en los proyectos productivos que ayuden a resolver situaciones de desigualdad. Otro ejemplo, es el caso de las plantas empacadoras de raíces y tubérculos, que son propiedad de asociaciones de productores. Estas plantas, normalmente emplean mujeres para realizar labores tales como el lavado, la selección y el empaque; ocurre que a ellas se les paga un salario menor alegando que su trabajo es más suave en comparación al de los hombres.

En otros casos, el pecado lo cometemos los mismos extensionistas. Sucede que en las plantas productoras de quesos, casi siempre son mujeres las que realizan las distintas operaciones, pero resulta que nosotros cuando organizamos un curso de entrenamiento o una gira de observación a quienes llevamos son a los hombres.

Otro problema que se presenta es la no aceptación del liderazgo de las mujeres. Este es el caso de un grupo de mujeres cuya presidenta es muy activa, aspecto que los hombres no admiten , llevándoles a formular comentarios peyorativos hacia ellas.

No obstante, también hay experiencias positivas, donde el enfoque de género ha sido bien asimilado. Por ejemplo en una agroindustria de quesos, propiedad de una asociación mixta, donde el trabajo se ha distribuído en forma apropiada y eficiente. Las mujeres realizan la mayor parate de las tareas relacionadas con la elaboración del queso, entanto los hombres se encargan de la comercialización y también colaboran con el proceso.

Palabras claves

desarrollo rural, asociación de productores, mujer, organización de mujeres


, Costa Rica

Comentarios

Esta experiencia constituye un claro ejemplo de las dificultades que tienen las mujeres para insertarse en actividades productivas tradicionalmente dominadas por los hombres. Queda de manifiesto la necesidad de introducir el concepto de género en los proyectos productivos.

Notas

La autora de la ficha trabaja en la ONG CENAP=Centro Nacional de Acción Pastoral, que apoya pequeñas agroindustriales rurales en la Región Norte de Costa Rica.

Ficha traducida al francés, MFN 5175.

Fuente

Texto original

PRODAR IICA - Apdo 55-2200, Coronado, COSTA RICA - Tel (506)229-0022 - Fax: 229-2653 - Costa Rica - www.iica.int - iicahq (@) iica.ac.cr

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