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diálogos, propuestas, historias para uma cidadania mundial

De sedentarios a Nómadas

Los colombianos en el exterior.

Maria Marcela HOYOS QUINTERO

08 / 2005

Las primeras olas migratorias registradas en América del Norte datan de aproximadamente de 27.000 años atrás. Paul Rivet, antropólogo francés, quien da una de las explicaciones más aceptadas en el medio científico, señaló que este poblamiento fue producto de las migraciones de australianos, melanesios, asiáticos y esquimales. Rivet aportó pruebas de origen lingüístico, antropológico y etológico muy interesantes que le llevaron a ratificar sus afirmaciones cuya aceptación hoy en día supera a la que han recibieron otras teorías acerca del poblamiento de América. Doscientos setenta siglos más tarde, las olas migratorias y el repoblamiento de América, en especial, de América del norte aún continúa. Sin embargo, estas olas migratorias no ocurren por las mismas razones por las que las realizaron los nómadas de otrora, que buscaban por estaciones lugares adecuados para vivir y alimentarse. Los nómadas de ahora son sedentarios por naturaleza y sus migraciones son el resultado de un desplazamiento forzado por condiciones socioeconómicas, hacia diferentes lugares en especial de Estados Unidos y España.

Precisar el inicio del fenómeno migratorio de latinos y en especial de colombianos, así como los lugares por donde viajan y a los que llegan, es aún más impreciso que la fecha y las rutas del poblamiento de la América de antes de Cristo. En mi memoria el “Sueño Americano” ha existido desde siempre y no pocos viven realizando su sueño, una pesadilla. Muchos de los colombianos que hoy en día viajan a Estados Unidos ó a España, lo hacen con un solo propósito: mejorar su calidad de vida, trabajando las más de las veces en subempleos y en precarias condiciones laborales. Esta, entre muchas otras conclusiones fueron las que se obtuvieron con el estudio de “Hábitos de consumo de los colombianos en el exterior”.

Este estudio hace parte del Proyecto “Colombianos en el Exterior”. Teniendo en cuenta el objetivo inicial de este proyecto, que buscaba identificar posibles nichos de mercado para productos colombianos que pudieran ser exportados y consumidos por los nacionales radicados en el exterior, se da inicio al estudio y en razón de este objetivo, recibe su nombre. El proyecto tiene varios componentes, que desde el punto de vista comercial y publicitario involucran entre otros, un canal de divulgación en internet, a través de la página , un programa radial a través de la Radio Cadena Nacional de Colombia RCN, y estrategias de comunicación a través de diferentes empresas de telefonía de Colombia.

Blanca Luz Holguín, Gerente Nacional de Producción y Programación de RCN contó cómo a través de este Proyecto “Colombianos en el Exterior”, se descubrieron un sin número de actividades, preferencias, gustos, sentimientos, reencuentros y gestos de muchos colombianos que desde hace tiempo se fueron desplazados por una violencia diferente a la que produce el desplazamiento forzado interno en nuestro país, Colombia. La mayoría desempleados y de regiones como los santanderes, Antioquia y de ciudades como Pereira, Armenia y Bogotá no vieron otra alternativa para dejar de “estar baraos ” (situación socioeconómica precaria) que la de viajar. Hubo una ínfima minoría que viajo a exiliarse por amenazas contra su vida y a consecuencia del conflicto armado interno, entre esos –cuenta Blanca Luz- se cuenta quien ideó todo este programa de Colombianos en el exterior.

Un periodista, miembro del equipo de trabajo de la Radio Cadena Nacional, RCN, de Colombia, cuyo nombre se mantiene en el anonimato, entregó al canal la propuesta. Inicialmente hubo reticentes y adeptos. Ubicar a los colombianos en el exterior, con un alto porcentaje de ellos en situación de ilegalidad era un riesgo muy grande, pero ese, asegura Holguín, no fue el propósito. Sin embargo, la campaña hizo claridad en que no se iba a prestar para hacer inteligencia y ahorrarle trabajo a las autoridades de inmigración de ambos países. Fue así como se definió el objetivo general del proyecto: realizar un estudio de los hábitos de consumo de los colombianos en el exterior y través de los resultados propiciar ayudas para mejorar las condiciones de vida, tanto de los nacionales residentes fuera de nuestro país, como a sus familias radicados acá.

RCN convocó e integró al sector público y privado del país. Fue así como se contó con la participación de instituciones y entidades del sector público de Colombia, como la Presidencia de la República, Promoción de las exportaciones no tradicionales (PROEXPORT), Banco de Comercio Exterior de Colombia S.A. (BANCOLDEX), e internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM); también asistieron las misiones diplomáticas de los tres países y representantes del sector privado como la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB), Caja de Compensación Familiar (CAFAM), Leoniza, Empresas Públicas de Medellín (EPM), Toyota, Servicio de Mensajería de Avienca (DEPRISA), la entidad financiera Granahorrar, y Radio Cadena Nacional de Colombia (RCN) entre otros. Hubo un sin número de personas tras bambalinas que también hicieron su aporte; un gran equipo de personas que fueron más incluso, que los que aportaron recursos para llevar a cabo el proyecto. Inicialmente la propuesta se hizo al gobierno colombiano, que se comprometió casi de inmediato, dando inicio a la campaña en Febrero del año 2004. El trabajo finalizó en marzo de este año, 2005 y mantuvo en sintonía a colombianos en Colombia a través de la radio e Internet y a lso mismos nacionales en Estados Unidos y España a través del web site.

La cooperación técnica en los dos países no fue sencilla y en realidad se podría juzgar como precaria. Se utilizaron estaciones que le retransmiten al canal en Colombia y un consagrado equipo de trabajo de una periodista y un editor que registraron además del trabajo de recolección de información, de las crónicas y de las voces, un sin número de experiencias de vida. Así la labor de reportería no se limitaba a preguntar ¿en qué trabaja?, ¿dónde vive?, ¿hace cuánto llego?, sino también en establecer entre ellos y nosotros un puente, un canal y una frecuencia. “El sistema era sencillo porque lo que no lograba nuestro equipo de trabajo lo lograban otros colombianos por referencia”; así un colombiano referenciaba a otro y ese a otros dos y así sucesivamente se fue tejiendo una suerte de red que “nos permitió hacer reencuentro de 100 familiares extraviados desde su emigración y 60000 beneficiarios más de los paquetes de alimentación, oferta laboral, comunicaciones, salud y créditos que se promovieron a través del programa.

El proyecto no tuvo carácter de beneficencia; se les brindaron muchas facilidades para que se volvieran gestores de microempresas acá y allá, se ayudó mucho a sus familiares aquí e incluso a algunos de ellos, cuya situación allá era estable (tenían ya familia, bienes y un trabajo) se les facilitó su legalización como colombianos sobre todo en Estados Unidos a través de las embajadas.

Un aspecto muy interesante de este programa fue lo que se logró hacer en términos del intercambio de divisas. Muchos envían sus remesas al país y la diferencia del valor de la moneda hace que enviar dólares y reclamarlos en pesos sea muy rentable, pero lo es para nosotros acá en Colombia. Muchos de los colombianos residentes en el exterior son ilegales o no cumplen con los requisitos par hacer giros internacionales, por eso sus dólares valen menos y deben pagar más por la transacción y los giros ó pagar a intermediarios para hacer los giros a través de ellos; en otros casos, simplemente el porcentaje de descuento que gravaba el dinero que ellos enviaban era muy alto, al parecer de casi el 15 ó 16% (porcentaje sujeto a verificación) y “la platica no les rendía”.

Con el programa y con la ayuda de entidades privadas, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y PROEXPORT, que mediaron con el gobierno estadounidense específicamente, esa cuota se logro bajar al rededor del 8%. La función del Ministerio y de PROEXPORT también sirvió para la reducción de aranceles en las importaciones de las cajitas de alimentos de “Colombianos en el exterior”, que con la colaboración de empresas como CAFAM y DEPRISA se les hacían llegar a los colombianos afuera, productos básicos de la canasta familiar, “la arepa harina pa’ (para) las arepas, que no se consigue allá, junto con la canela en astillas pal (para el)’ arroz con leche”. Esto también fue muy importante y favorable a la economía nacional. Los colombianos pedían por Internet las cajitas y las pagaban a través de una transacción económica con una tarjeta. La campaña terminó y aún todos los días el chat del sitio web sigue recibiendo manifestaciones de aliento para que la segunda fase de la campaña siga adelante. Esta fase aún se encuentra en su fase de planeación durante este año, pero es posible que ya para el 2006, esta segunda fase arranque.

El propósito de esta sería una campaña de más reencuentros, tratar de ubicar a los que faltaron y convencer a los que por temor no participaron a que se pongan en contacto con sus familiares en Colombia a través del programa; traer o llevar colombianos; eso es lo que se pretende pero para esta campaña además de los buenos propósitos de los anunciadores y patrocinadores, se necesitan más recursos. El resultado de la primera fase de Colombianos en el exterior está consignado en la compilación “Hábitos de Consumo de Colombianos en el Exterior”, que ya está en manos de las empresas que trabajaron y próximamente saldrá a la venta. También se refleja en la información de la que se dispone a través de la página WEB. Aún falta mucho por hacer y “ nuestro sueño que ojalá se cumpla, es que ellos cumplan su sueño pronto pa’ que puedan regresar al país, porque en la mayoría de las respuestas encontramos que muchos llevan 40, 35, 30, 28 años, añorando regresar a Colombia (…). La realización de este proyecto revela una motivación de ayuda económica, pero también tiene un sentido humano y social cuando, a través de la campaña, se busca que haya una repatriación voluntaria de los colombianos que por condiciones ajenas a su voluntad debieron irse de nuestro país buscando nuevas oportunidades.

Palavras-chave

integração regional, migração, rádio, comunicação e cultura, identidade cultural


, Colômbia, América Latina, Teusaquillo

dossiê

Integración regional en América Latina : Chile, Colombia, México

Comentários

La situación de los nacionales colombianos en el exterior no es fácil y para nadie es un secreto. El contexto de su cotidianidad no se inscribe solo en la legalidad o la ilegalidad; tampoco en las estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ni en el reporte de fuga de cerebros, capitales y mano de obra de nuestro país hacia el exterior. Paradójicamente, el asunto es más visceral; de corazón y estómago. Vivir en carne propia el exilio ó el de un familiar por necesidad económica o de seguridad, no es fácil. El desasosiego y la desazón que produce el destierro es indescriptible para los de allá y la espera es infinita, para ver cumplir la promesa de un “hasta pronto” cuando despides a los tuyos acá; eso te mantiene el alma en vilo.

Esta bien podría ser una experiencia para debatir acerca de las políticas migratorias de países como Colombia, Estados Unidos ó España que las más de las veces, facilitan que el repoblamiento de América del norte y hacia Europa, sea un proceso no acabado y que las migraciones sean una tendencia cultural que se tornan en una forma de vida, más allá de las costumbres propias de los nómadas de antaño. Políticas que en otras ocasiones penalizan los sueños, las esperanzas y las salidas desesperadas a situaciones socioeconómicas difíciles que los nacionales viven en sus respectivos países. Bien podría ser también, una crítica a programas como este “Colombianos en el exterior” que como despropósito, pudieron despertar una serie de alertas en cuanto a cuántos nacionales ilegales colombianos soñando, llegan a la pesadilla de estar lejos de los suyos y de lo suyo en Estados Unidos o en España. También podría ser una crítica al carácter coyuntural de algunos proyectos de ayuda a nacionales colombianos que están fuera del país. Si bien son iniciativas llenas de buenos propósitos y con muy buenos resultados desde el punto de vista comercial, como es el caso de este programa “Colombianos en el exterior”, la mayoría de las veces son carentes de continuidad y solo constituyen una suerte de estrategia de política exterior, durante un periodo de gobierno que tiene buenas relaciones solo con determinados países. En otras ocasiones su limitado alcance depende de la falta de voluntad para formular políticas públicas eficientes frente al tema de las migraciones ó por falta de apoyo financiero para realizar campañas como la que se propone, por ejemplo, la segunda fase del proyecto “Colombianos en el Exterior”.

Por otra parte también nos hace reflexionar que pese a que la migración y la movilidad de personas entre países puede ser un indicador del grado de interdependencia y de las consecuencias positivas de la integración regional, cuando los móviles obedecen a las precarias situaciones políticas, económicas y sociales de los países de origen, esa movilidad se traduce en efectos negativos de crecimiento demográfico localizado y descontrolado. Si bien este proyecto constituye un ejemplo de integración entre colombianos radicados en el exterior y colombianos que viven en su país, este no solo promueve el tipo de integración del que comúnmente se habla, es decir, la integración económica y comercial que procura la apertura de áreas regionales de libre mercado, sino también una integración desde la comunicación, que probablemente promueve la cercanía y el retorno de los colombianos a su país.

Sin embargo, esta experiencia también me sirve para desatar un poco el nudo que se le hace a uno en la garganta cuando despide a un amigo, un hermano ó un ser querido en el muelle internacional del Aeropuerto El Dorado, en Bogotá Colombia, ó en cualquier otro aeropuerto del país. Es la posibilidad de decirles que no solo yo, sino muchos deseamos que su situación allá mejore, que el país ha cambiado y que pueden regresar; que los sueños acá también son posibles si los construimos juntos sin un precio emocional y afectivo tan alto; que hay iniciativas que pueden ayudarnos a que su sacrificio termine y que su permanencia allá se acabe o pueda ser por la realización de un proyecto no de subsistencia sino de capacitación y de aprendizaje de cosas nuevas que puedan aplicar aquí. El camino de retorno siempre estará abierto.

Notas

sitio web: www.colombianosenelexterior.com

Hábitos de consumo de colombianos en el exterior. Publicación

próximamente disponible al público.

Esta ficha fue realizada en el marco del desarrollo de la alianza metodológica ESPIRAL, Escritores Públicos para la Integración Regional en América Latina.

Fonte

Entrevista

HOLGUÍN, Blanca Luz. Calle 37 # 13 A - 19, 57-1 3147070 Extensión 1191, Bogotá Colombia.

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